Ilustración colorida de emociones con un pájaro verde en el centro, rodeado de caras felices, neutrales y tristes, junto con nubes, una ballena, una taza de café, un planeta y un cuaderno. La palabra 'emociones' está escrita en rosa brillante.
Dos niñas de alrededor de 6-8 años sentadas en un sofá, sonriendo y leyendo juntas un libro. Esta imagen representa las emociones y el aprendizaje a través de poemas para el desarrollo emocional infantil.
Icono de nube con estrellas

La poesía: un medio seguro para que los niños exploren sus emociones

La infancia es una etapa crucial en el desarrollo emocional de niños y niñas, y la poesía, con su capacidad única para transmitir emociones y experiencias, puede ser una poderosa herramienta en este proceso. 

El desarrollo emocional infantil es un aspecto fundamental en su crecimiento y bienestar. Es el proceso mediante el cual los niños y niñas adquieren consciencia, comprensión y manejo de sus emociones, y comienza desde su nacimiento. Desde entonces los pequeños viven situaciones que los hacen sentir tristes, con miedo, impotentes o frustrados, pero no saben identificarlas, y muchas veces, como adultos, no las notamos a tiempo o no sabemos reaccionar ante ellas. Esto puede hacerlos sentir aislados, además de aumentar su impotencia y frustración.

La lectura acompañada, y particularmente la poesía, puede ayudarte a trabajar estas emociones y sentimientos con los niños, abriendo su mente a nuevos caminos y aliviando lo que puedan estar experimentando.

Más que un conjunto de palabras bellamente dispuestas; la poesía es un vehículo para explorar y comprender las emociones humanas a cualquier edad. Pero en los más pequeños, brinda una puerta que los lleva a explorar, expresar y entender sus sentimientos, ayudándolos a superar circunstancias difíciles. ¡Aliéntalos a sumergirse en este mundo!

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La poesía como puente emocional

Los poemas tienen características lingüísticas únicas que los diferencian de otros tipos de escritura. Ofrecen un lenguaje accesible y sensorial que puede conectar a los niños y niñas con sus propias emociones. 

En comparación con la prosa tradicional, la poesía puede comunicar ideas y emociones condensando ideas en menos palabras y utilizando el ritmo y la rima para darle una calidad musical. De hecho, hay estudios de resonancia magnética que muestran que escuchar poesía activa las mismas regiones cerebrales que la música. ¡Es tan placentero como escuchar las canciones que les gustan!

La poesía activa el sistema de recompensa del cerebro, que es responsable de las emociones placenteras. Estimula directamente el hemisferio derecho, zona especializada en los sentimientos, además de la memoria personal, áreas dedicadas al lenguaje, a la autorreflexión y la introspección. 

Esto hace de la lectura de poesía una de las más profundas e intensas, con la capacidad de alterar la imagen que el lector tiene de sí mismo y del mundo exterior a través de los sentimientos y la reflexión. Por lo mismo, también fomenta la empatía tanto en el lector como en el oyente.

Niño pequeño sonriente sentado con las piernas cruzadas en el suelo, sosteniendo un libro con la luz del sol entrando por la ventana, representando emociones positivas y el desarrollo emocional infantil.

En casos extremos como en el día a día

El lenguaje figurado en los niños les ayuda a comprender las emociones y sentimientos de una manera más efectiva que las explicaciones lógicas. Así, a través de las metáforas, hipérboles e incluso onomatopeyas de la poesía, pueden ponerse en contacto con su experiencia emocional, abriendo una puerta para profundizar en ella y ayudarlos en situaciones de duelo, soledad, rabia, tristeza o dolor, por ejemplo. Pero también de alegría, empatía o amor.

Las actuales infancias viven en un ambiente de sobreestimulación constante, lo que les impide tener sosiego para desarrollar su sensibilidad, conocer y controlar sus emociones, señalan Eulalia Agrelo-Costas y Alexandra Piñeiro Casal, investigadoras de la Universidad de Vigo, en el estudio “La poesía: educadora de emociones”.

Pero los niños son seres sociales esencialmente motivados para intercambiar ideas, pensamientos, preguntas y sentimientos, por lo que pueden encontrar a través de la poesía una manera de expresar cosas que quizás no sepan hacer de otra manera. Les permite hablar sobre lo que están sintiendo.

¿Por qué es importante que lo hagan? Porque comprender y cultivar las emociones desde temprana edad contribuye a formar individuos equilibrados y capaces de gestionar adecuadamente sus sentimientos a lo largo de su vida. Más tarde, les permitirá establecer relaciones saludables, enfrentar desafíos y desarrollar su autoestima.

Niña pequeña sentado con las piernas cruzadas en el suelo, sosteniendo un libro con la luz del sol entrando por la ventana, representando emociones positivas y el desarrollo emocional infantil.

Rimas para expresar sentimientos

La poesía puede ayudar a enseñar a gestionar y reflexionar sobre las emociones, sentimientos y comportamientos basándose en las experiencias que escuchan en las obras. Esto funciona incluso en situaciones extremas, como las hospitalizaciones, como lo demostró un estudio realizado por médicos del Rhode Island Hospital/Hasbro Children’s Hospital en 2021, que encontró que brindarles oportunidades (a los niños hospitalizados) para leer y escribir poesía reducía su miedo, tristeza, ira, preocupación y fatiga. 

La investigación brindó a niños la oportunidad de leer y escribir poesía, ya sea de forma individual o en compañía de sus padres o un facilitador. Se incluyeron los poemas The Giving Tree (El árbol generoso) de Shel Silverstein, The Rainbow (El arcoíris) de Christina Rossetti y Hope is the Thing with Feathers (Esperanza es esa cosa con plumas) de Emily Dickinson. Luego, se midieron seis sensaciones antes y después de la intervención: miedo, tristeza, ira, preocupación, fatiga y dolor. 

Sus resultados mostraron que la poesía no solo facilitó la felicidad, sino también la participación familiar. Además fue vista como una buena distracción y una actividad sin pantallas, y cultivó la creatividad, la autoestima y la reflexión.

En un entorno que puede ser aterrador para los niños como un hospital, la poesía jugó un papel importante a la hora de distraerlos del miedo, la tristeza o la ira. Y la participación familiar, además les recordó que no están solos, lo que disminuyó sus sentimientos de preocupación.

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Una herramienta para el desarrollo emocional

Aprender a identificar y nombrar las emociones con poesías, o compartir sus propias emociones escribiendo poemas, puede ayudar a los más pequeños a practicar la identificación de lo que sienten y a comprender mejor sus propias emociones y las de los demás.
¿Cómo puedes ayudarlos?

Elige poesías con temas que puedan interesarles o llamarles su atención y haz que interactúen con ellas. Obras como El árbol generoso, de Shel Silverstein o Un barco de papel, de Antonio García Teijeiro, pueden ayudarte. Y en esta web puedes encontrar muchas más ideas para leer con ellos.

Invítalos a reflexionar sobre su significado y a que expresen lo que sienten al escuchar cada poema. Pregúntales qué les pareció y qué partes les gustaron más o menos.

Convierte esta experiencia en un momento especial de conexión emocional. ¡Inténtalo tú también a diario y verás los cambios!