Un libro amarillo con una sonrisa en la portada. La poesía te regalará buenas emociones
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Las habilidades que puedes fomentar en los niños a través de la poesía

Cuando veo a mis hijos disfrutar de la poesía y el efecto que ha tenido en sus vidas, no puedo sino dar fe de que los poemas son mucho más que una bonita forma de expresión artística.

La poesía no solo tiene la capacidad de llamar la atención y entretener a los más pequeños con sus rimas, sino que también promueve el desarrollo de habilidades que pueden serles útiles en su día a día; tanto en su interacción con otros niños, como en la escuela.

Las habilidades que puedes reforzar con la poesía

Si bien la poesía suele ser una de las materias que los niños ven durante su educación, utilizarla en casa, y guiados por ti, refuerza algunas de las habilidades más importantes para su desarrollo integral. Acá te cuento sobre tres habilidades con las que yo he experimentado:

Un niño sonriente con gafas sostiene un libro.

1. Comprensión de conceptos abstractos

La poesía facilita la comprensión de conceptos cada vez más complejos, los que estimulan el desarrollo del pensamiento y del lenguaje.  Al usar lenguaje figurativo y simbólico para transmitir ideas y emociones complejas, resulta útil para enseñar conceptos abstractos difíciles de explicar con palabras simples.

Los amigos son hermanos

que nosotros elegimos,

los que te ofrecen la mano

cuando te encuentras perdido.

 

Son las puertas que se te abren

y se juntan los caminos,

cuando estás necesitado

sus brazos son extendidos.

 

Suaves rayitos de sol,

que te dan calor y abrigo.

 

El amor se fortalece

¡cuando tienes un amigo!

Con este poema de Arjona Delia, por ejemplo, se puede profundizar en el concepto de amistad, mostrándola de manera más cercana y reconocible para los niños. Lo mismo se puede hacer con poemas que traten sobre la empatía, la lealtad o el duelo, etc.

2. Expresar sus emociones

Para algunos niños es más difícil expresar lo que están sintiendo y nos toca a nosotros, como padres o mayores, notar qué les ocurre e intentar ayudarles. La poesía puede ser útil en ambos casos.

Podemos tratar con poemas que hablen de las distintas emociones y, tras leerlas, preguntar a los niños si se sienten identificados. Luego, intentar llegar juntos a ideas sobre cómo expresar lo que sienten y qué se puede hacer en caso de que sean emociones que no quieren sentir, como la tristeza, el miedo o la rabia.

Con este poema de Marisa Alonso Santamaría, por ejemplo, se puede comenzar a hablar del miedo.

Ha venido un cuervo negro

asustando a las ardillas,

a ninguna vemos hoy

saltando por las orillas.

Las he llamado insistente

pero ninguna ha salido,

hasta que no ven que el cuervo

alzando el vuelo se ha ido.

Por eso se han escondido.

También, por supuesto, se pueden reforzar las emociones positivas, como te cuento en este artículo sobre la autoconfianza en niños pequeños. (linkear artículo)

3. Hablar en público

Leer en voz alta, recitar o hablar en público son actividades comunes durante los años de escuela de los niños. Pero tener la confianza para hacerlo es una habilidad que les servirá toda la vida.

Hace poco leí un artículo en que se señalaba que un error que se comete frecuentemente en las escuela es exigir que todos los niños aprendan de memoria una determinada poesía, lo que empeora cuando además tienen que recitarla en público. Enfatizaba en que solo deben memorizar una poesía cuando espontáneamente sientan el deseo de hacerlo.

Yo estoy de acuerdo. Recitar en público, para algunos es una habilidad que se desarrolla más lento o con dificultad, por lo que ayuda presentarles la poesía desde pequeños y hacer actividades usándola. Poco a poco se ve cómo encuentran lo que más les gusta.

Es difícil para un niño o niña que nunca se ha acercado a la poesía, verse obligado a recitar algo que quizás ni siquiera le llame la atención. Para evitar que se sientan incómodos cuando deban hacerlo, les servirá tener la experiencia en casa, donde podrán hacerlo con seguridad y sin vergüenza.

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Cómo aprovechar las ventajas de la poesía desde pequeños

Lo que a mí me ha dado buenos resultados es acercarles la poesía desde muy pequeños. Practicamente desde recién nacidos se puede introducirles la poesía, e incluso durante el embarazo.

Lo que es indispensable es leerles poemas apropiados para su edad. En los más pequeñitos se puede comenzar con canciones y, luego, buscar entre la gran diversidad de obras dirigidas a diversas etapas.

A mis niños les encanta que les lea en voz alta. Es un momento mágico en el que logramos una conexión emocional que nos beneficia a todos.

Finalmente, animarlos a recitar sus poemas favoritos o a disfrazarse y darles vida a los personajes, tambiés es una excelente alternativa que fomentará su gusto por la poesía.

Un niño sonriente con gafas sostiene un libro.