Libro abierto de calidad en un prado florido con notas musicales
icono de diamante

Elementos para garantizar la calidad en la poesía para niños

Entrar en contacto con el lenguaje poético desde edades tempranas tiene grandes beneficios para los niños. Estimula su memoria auditiva, rítmica y visual, a la vez que promueve la formación de valores estéticos y potencia el aprendizaje artístico a través del ritmo y la musicalidad.

Pero no cualquier poema es un poema de calidad, sobre todo si está dirigido a las infancias. La poesía requiere de ciertos elementos que permiten crear mezclas de sonidos, sugerir interpretaciones visuales y comunicar mejor los mensajes: entre ellos el ritmo, la rima, la repetición, las imágenes y la forma. Y para cada uno de ellos hay factores específicos que agregarán cualidades únicas a cada pieza.

Palabra 'joy' formada por flores sobre un libro de calidad abierto

Tomemos por ejemplo el ritmo, que permite que las palabras se muevan de forma fluida, aumentando el disfrute al escuchar el poema, resaltando y enfatizando palabras específicas y creando efectos dramáticos para sugerir cierto estado de ánimo. Su forma más habitual es la distribución de los acentos en cada verso, que concretizan la métrica del poema.

La métrica es el número de sílabas que tiene un verso, la unidad básica del poema. Hay dos tipos de sílabas que podemos encontrar en los poemas: fonológicas (que expresa uno o más sonidos agrupados en uno solo de mayor sonoridad) y métricas (se entonan en una sola voz y están siempre formadas por un sonido vocálico de máximo 3 vocales).

En el análisis de un poema, es común que las sílabas métricas y fonológicas coincidan, aunque no siempre es así. Para mantener la sonoridad y la cantidad de sílabas deseadas, se emplean licencias poéticas, las que permiten ajustar la métrica del verso sin seguir estrictamente las normas del lenguaje.

Niño sonriente leyendo libro de calidad rodeado de magia

Entre ellas encontramos la sinalefa, que fusiona la última sílaba de una palabra con la primera de la siguiente, formando una sola sílaba; y la dialefa o hiato, que evita la sinalefa contando las vocales como dos sílabas separadas, especialmente cuando la segunda vocal es tónica.

También es usual licencias como la diéresis, que rompe un diptongo, creando dos sílabas donde normalmente habría una; sinéresis, que une dos vocales fuertes de sílabas distintas para formar un diptongo artificial y reducir el número de sílabas del verso; y sinafía, que une la vocal final de un verso con la vocal inicial del siguiente.

Finalmente, las licencias poéticas que se producen por el acento de una palabra, como la “ley del acento final”, que ajusta el conteo de sílabas métricas del verso según la ubicación de la sílaba tónica en la última palabra. Así, si el verso termina en una palabra aguda o es monosílaba, se suma una sílaba más, y si termina en una palabra llana, no se suma ni se resta, pero si termina en una palabra esdrújula, se resta una sílaba.

Estos recursos permiten a los poetas jugar con el ritmo y la métrica, enriqueciendo la musicalidad y expresividad de los poemas.

Analicemos, por ejemplo, el “Poema del ciempiés”:

Es un día muy bonito;
voy a salir a pasear.
Pero botas necesito,
muchas botas sin dudar.

Vale, entonces ¿cuántas botas
para mis pequeños pies?
¿Puedes tú contarlas todas
para mí con rapidez?

Las contaste todas, ¿ves?
Esto se te da genial.
Son cincuenta y cinco pies
los que tengo yo en total.

Ya me siento más contento.
Es un día encantador,
pero marcho un poco lento
porque empieza a hacer calor.

Caminar así me agota.
¡Mira! Allí se ve una fuente.
Voy a quitarme bota a bota…
Ojalá tuviera veinte…

El análisis poético de esta pieza muestra que consta de 5 párrafos y 20 versos octasílabos. Es un texto fácil de entender para niños de 2 años o más.

Vemos ejemplos de sinalefa en algunos versos, como:

Análisis métrico de calidad de la palabra 'caminarasimeagota

Pero además, vemos claramente la rima, recurso que da ritmo y musicalidad al mensaje, que en este caso es consonante, ya que los fonemas de sus últimas letras coinciden a partir de la vocal acentuada.

Ya me siento más contento.   

Es un día encantador

pero marcho un poco lento 

porque empieza a hacer calor.

En tanto, el lenguaje figurado, que ayuda a aclarar, añadir viveza y anima a los lectores a experimentar las cosas de nuevas maneras, se ve a través de la personificación o prosopopeya, la figura retórica utilizada, que permite atribuir propiedades humanas, en este caso, a un ciempiés.

El “Poema del ciempiés” es una excelente pieza de poesía, con métrica cuidada, rima consonante y el uso de figuras retóricas, capaz de lograr transmitir imágenes al lector, un requisito fundamental de la poesía para niños.

Bebé sonriente leyendo libro de calidad en ambiente colorido