Estimular la imaginación de los niños: cómo la lectura puede ayudarte
La imaginación es la capacidad de crear imágenes mentales y conceptos de cosas que no son reales. Es fundamental para el desarrollo humano, ya que impulsa la creatividad, la resolución de problemas y el crecimiento personal.
Es un aspecto esencial de la infancia. Todos los niños usan su imaginación y puedes verlo, por ejemplo, cuando convierten cajas de cartón en un fuerte o conversan animadamente con sus juguetes y amigos imaginarios. Es su forma de transformar el mundo que los rodea en algo donde se sienten cómodos, y es muy saludable fomentarlo.
Así lo hacía la familia de Ted Geisel, más conocido como Dr. Seuss, el escritor y caricaturista estadounidense autor de libros infantiles como El Lorax o El Grinch. Rodeado de máquinas ingeniosas, juegos de palabras o canciones sobre la comida que inventaba su familia, al pequeño Ted le encantaban los animales divertidos y las palabras absurdas.
Como vivía cerca del zoológico, pasaba horas observando a los monos y leones, para luego volver a casa y dibujarlos en las paredes de su habitación, donde tenía la libertad para hacerlo. Sin embargo, no los dibujaba exactamente como se veían, sino como salían de su imaginación. Así había especies como un pato con alas de ángel o un elefante con orejas de 2,75 m de largo, animales que luego aparecieron o inspiraron personajes de sus historias cuando ya era escritor, cuenta David Stabler, en su libro Niños artistas: Historias verdaderas de la infancia de los grandes creadores.
Fomenta tú también la imaginación de los más pequeños siempre que sea posible. Se puede desde la más temprana infancia y al estimularla, también estarás ayudando a que mejoren sus habilidades comunicativas –incluso cuando todavía no sepan hablar–, su capacidad de procesar emociones y la facultad para resolver problemas.
Así como con Dr. Seuss, aprovecha las ventajas del arte para ayudarte a en este proceso.
Cómo entrenar la imaginación de los niños
Vivimos en una época donde la tecnología está al alcance de la mayoría de la población y donde el internet y las redes sociales tienen la capacidad de dejarte pegado a una pantalla por horas. Y en los niños, esto tiene impacto en sus cerebros, que se adaptan a la estimulación visual frecuente, a los cambios rápidos y a tener poca necesidad de imaginar.
¿Cómo puedes ayudarlos?
Contar historias es esencial
Los niños disfrutan de las historias, sean reales o no. Así que, ya sea que las inventes o les leas cuentos o poemas, les ayudará a estimular su lenguaje e imaginación.
Las imágenes son un gran apoyo
Los libros ilustrados, con diferentes estilos, les ayudan a imaginarse la historia. Mirar los dibujos juntos y hacerse preguntas sobre qué está pasando es una de las formas más sencillas de estimular su imaginación.
Usa sonidos y voces
Sobre todo cuando son más pequeños. Lee o canta con diferentes entonaciones, haz los sonidos de los animales o adopta voces distintas según el personaje para mantener su atención.
Crea cestos de tesoros
Entregarles distintos objetos que puedan manipular, oler o probar les aporta información sobre el mundo que les rodea y experiencias nuevas. Solo tienes que tener en cuenta cambiar los objetos para que no pierdan interés y cuidar que ninguno pueda hacerles daño.
Salgan a la naturaleza
Paseos al parque o al campo los expondrá a estímulos para que usen su imaginación. Pueden explorar lo que hay que en la tierra, mirar las nubes e imaginar a qué se asemejan sus formas o preguntarse “qué pasaría si pudiéramos” o “por qué esto es así”, para luego compartir sus respuestas o dibujarlas.
La poesía como aliada para fomentar la imaginación
Los poemas son una forma de expresión artística que invita a jugar con las palabras, experimentar con el ritmo, el sonido y el significado. Por ello, es una herramienta maravillosa para estimular la imaginación de los niños.
Diferentes formas poéticas, como el haiku –poemas muy cortos, generalmente relacionados con la naturaleza o la vida cotidiana–, o la poesía libre, incentivan a los niños a pensar de manera flexible y a encontrar soluciones creativas a los problemas, a la vez que les enseña a apreciar la belleza del lenguaje y a jugar con las palabras de una manera lúdica y expresiva. Como en estos versos de la poetisa argentina María Elena Walsh:
El cielo es de cielo,
la nube es de tiza.
La cara del sapo
me da mucha risa.
La luna es de queso
y el sol es de sol.
La cara del sapo
me da mucha tos.
El poema “Así es” permite trabajar la rima, la memoria y la atención. Es una pieza corta y divertida en la que puedes usar diferentes tonos de voz y expresiones como la risa y la tos. Pero también puedes usarlo para ampliar el tema hacia otros aspectos que estimulen la curiosidad e imaginación de los niños: como las distintas especies de sapos o preguntas como “¿por qué crees que el sapo le produce tos?”, aunque puedan parecerte ridículas.
Te invitamos a conocer más sobre esta forma de expresión artística y lo beneficiosa que es para alimentar la imaginación infantil. También a que descubras nuevas formas de presentarla a los niños más allá de las palabras, ya que las ilustraciones pueden ser muy interesantes para impulsar su imaginación.
¡Lee y fomenta la lectura de poesía en casa! Promueve el amor por esta expresión creativa en los niños desde una edad temprana, para que puedan disfrutar de sus beneficios durante toda la vida.
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